¿Profesionistas ó Profesionales?

Publicado el 15 de Diciembre de 2007 En "El Diario" de Coahuila y "El Heraldo de Saltillo"

Es típico en nosotros los hombres, al llegar la adolescencia sentimos que algo nos falta en los pantalones, queremos parecer mayores y como hemos visto a papá sacarla tantas veces percibimos que tener una parecida es símbolo de virilidad, de masculinidad: La cartera.

Llega la navidad ó nuestro cumpleaños y algún familiar da en el blanco obsequiándonos una billetera, generalmente esta es de plástico ó si es de buena calidad lo más probable es que sea reciclada de algún presente recibido anteriormente. Entre paréntesis, debo confesar que en alguna ocasión un amigo de la familia me regaló una navaja suiza con una tarjeta llena de buenos deseos adentro del estuche, la cual obviamente, no estaba dirigida para mí. Pero volviendo a la cartera, siempre se escucha la misma frase, que no por ser trillada deja de ser verdadera: “Ahora ya tienes la billetera, pero ¿De dónde vas a sacar dinero para llenarla?”

Eso es exactamente lo que hubiese pasado de prosperar la reforma a la Ley Estatal de Profesiones que fue presentada esta semana en Coahuila. En resumidas cuentas la reforma buscaba que aquellas personas que ejerzan en los medios detenten una licenciatura en ciencias de la comunicación; con esto hubiéramos tenido la billetera, pero vacía de efectivo. Imagino como sería dejar de leer a un ex pelotero para que un experto en comunicación nos explique porque Derek Bryant nunca pudo hacer de nuestros Saraperos un equipo campeón; hubiera sido interesante ver como las amas de casa seguían las clases de cocina de una licenciada mientras la versión local de Chepina Peralta le pedía chamba a Los Braulios; Seguramente los comunicadores de profesión desbancarían a los artistas profesionales en sus apreciaciones y criticas de arte; Los economistas ya no tendrían que pasar la segunda mitad del año justificando porque erraron sus predicciones; Iba a ser muy penoso negarle un espacio de comunicación a un ex presidente, gobernador, diputado, líder partidista ó cualquier otra persona que tenga en su currículo cualquier caudal de experiencias siendo que sus habilidades no contemplan la profesionalización formal para hacerse entender.

En los medios de comunicación que operan en Coahuila, para tratar temas teológicos, de medicina, de arquitectura ó cuestiones legales, en lugar de ser sacerdote, médico, arquitecto ó abogado, mejor se tendría que contar con estudios universitarios de comunicación.

Afortunadamente ya aborto el proyecto, dentro del Congreso del Estado algunos legisladores ya le están buscando la salida al absurdo de esta posible modificación a la ley, la respuesta no deberá estar en función de ofrecer una acreditación alterna para ejercer la libre expresión a través de los medios masivos ya que no es posible coartar a cualquier ciudadano en su derecho a trabajar sin más requisitos que la anuencia de un editor, un espacio disponible y las ideas que de su razonamiento emanen. La colaboración oportuna de un experto en su oficio dentro de un medio no deberá nunca estar supeditada a una licencia que sería de menor rango al conocimiento que solo con dicho certificado se estaría en condiciones de compartir.

El espíritu de una ley siempre debe estar cimentado en el bienestar del ser humano, regulaciones como las propuestas ante nuestros legisladores por uno de ellos mismos no dan lugar a que una persona pueda superar sus condiciones ó darle salida a sus inquietudes dentro de una rama especifica de nuestros entornos laboral, político, social, de entretenimiento, artístico ó académico, según aprecie cada comunicador empírico su aportación en los medios.
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