La nueva clase política

Publicado el 13 de Enero de 2006 en El Heraldo de Saltillo

La nueva clase política

“Lo único que se empieza desde arriba es un pozo, todo lo demás debe empezar por la base”. Este es un principio que se aplica a todas las actividades en las que participamos como ciudadanos de este mundo. Desde que nacemos, cuando aprendemos a caminar para después correr, al iniciar nuestra educación académica con habilidades de motricidad gruesa hasta llegar a los más altos estándares de formación, cuando emprendemos un pequeño negocio que puede crecer tanto como cualquier empresa de clase mundial, al empezar a trabajar con las más modestas labores hasta poder escalar posiciones dentro de la organización. De empezar todo desde arriba, cumpliríamos con la metáfora de caer en nuestro propio pozo; de ahí la sabiduría popular que dice que primero se camina y luego se corre, que antes de la “b” está la “a”, que no por mucho madrugar amanece más temprano, más sabe el diablo por viejo..... Así, como todo lo que en esta vida vale la pena requiere de un proceso de aprendizaje y acoplamiento, cada vez que principiamos algo experimentamos un desarrollo en nuestras habilidades.
Todo el rollo anterior viene a colación por la forma en la que una nueva clase política se ha venido ganando los espacios de la administración pública de Coahuila. El gobernador, como máxima figura en el escenario político del estado ha marcado la pauta de lo que es el nuevo perfil de los funcionarios públicos y sobre todo de los representantes electos por la vía democrática. Desde su toma de protesta como candidato del PRI y a lo largo de toda su campaña, Humberto Moreira apeló una y otra vez a sus orígenes dentro del partido en dónde hizo todos los trabajos que un militante debe hacer, desde repartir volantes hasta gestionar apoyos. Empezar desde las bases en este caso tiene una doble connotación, pero la que nos ocupa es la que nos habla de las plataformas ideológicas y de grupo que se forman en los círculos políticos. De ahí que las responsabilidades de la conducción de las políticas públicas de nuestro estado descansen en el hato de personas que vienen desde tiempo atrás trabajando con el mandatario coahuilense.
De está forma, entendemos que los próximos candidatos a puestos de elección popular podrían ser personas altamente comprometidas con los proyectos de la clase política gobernante, aún en el entendido de la distancia necesaria entre poderes. Por ello estamos presenciando el enfriamiento de algunas aspiraciones de políticos reconocidos que no formaron parte de la base de trabajo que hace buen tiempo empezó a buscar el control político de Coahuila. Si bien es cierto que en la política no hay pleito que dure por siempre, también es cierto que cuando se tiene un gran acervo de aceptación entre los gobernados se puede prescindir de aquellos que podrían sumarse al limar asperezas, lo que parece será la historia de las candidaturas priístas para los escaños y las curules que este año estarán en juego para representar a Coahuila en las cámaras de Senadores y Diputados. Para las candidaturas de legisladores federales, cada vez se escuchan más los nombres y tienen más exposición pública algunas personas que han estado junto al gobernador Moreira desde hace tiempo, debilitando las posibilidades de personajes que son identificados con los grupos políticos de antaño, ó que incluso han figurado en la palestra del sistema político nacional.
De cualquier forma, ojo, “un pozo es lo único que se empieza desde arriba”, además de lealtad, los candidatos deben tener otras virtudes para seguir acrecentando el capital político, de lo contrario sobrará entre los opositores quién reclame los espacios.

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