No pasa nada

publicado el 24 de Marzo de 2006 en El Diario de Coahuila y El Heraldo de Saltillo

Llegue unos minutos tarde a la clase de ingles después del trabajo, era el único alumno, solo estaba la maestra con cara de seriedad. Quizás ella no sabía bien de lo que hablaba, no sé si mi oído es malo para traducir lenguas extranjeras ó tal vez era muy mala enseñando y estaba perdiendo mi tiempo en aquel curso. El caso es que después de su introducción le conteste que estaba de acuerdo, me parecía bien hablar del asesinato del presidente Kennedy ya que era más interesante eso que simular situaciones en aeropuertos, comercios, gasolineras y todos los casos que se presentan en las técnicas para aprender otros idiomas. Se veía desesperada porque era obvio que no la había entendido, después de varios intentos fallidos, finalmente me dijo en español: ¿No te enteraste?, hubo un atentado en contra del candidato del PRI a la presidencia. Era el veintitrés de Marzo de 1994.
A la mañana siguiente tuvimos una junta urgente en la empresa, coincidimos en que se avecinaban problemas económicos que seguramente impactarían en los negocios, toda la experiencia se remontaba a devaluaciones cada fin de sexenio, aumento en las tasas de interés y todo tipo de sobresaltos en los indicadores financieros causados por cualquier crisis política ó social que padecíamos. Entrados en pánico, establecimos estrategias comerciales que nos permitirían sortear los difíciles meses que vendrían. No endeudarse, racionar el financiamiento que ofrecíamos a nuestros clientes, proteger los inventarios contra la eminente devaluación, no correr riesgos, establecer políticas para no perder aunque dejáramos de ganar. Pasaron los días, las semanas y los meses, no se hundió el peso, tampoco subieron las tasas y las inversiones se quedaron en el país. Meses después, vendría el famoso error de Diciembre que si dio al traste con todo, pero eso fue ocasionado precisamente por los grandes capitales que especularon con información dada por un efímero secretario de hacienda al que le habían acomodado la constitución para cosas mejores.
Pasó el difícil año de 1995, tomamos el trago amargo y se fue el sexenio zedillista sin otras complicaciones económicas, lo mismo ha pasado durante la administración foxista, esto nos suma dieciocho años de estabilidad financiera con el único lunar del primer año de Zedillo. Está situación se ha dado por las políticas en la materia establecidas desde la segunda mitad de los años ochenta por el gabinete del presidente De La Madrid, prefiero no recordarles quien era su secretario de programación y presupuesto para que sigan leyendo.
Ahora, escuchamos en todas partes, leemos muchas opiniones y recibimos muchos correos electrónicos alentándonos a razonar nuestro voto para impedir que llegue al poder una persona que según dicen, podría hundir nuevamente a México en una crisis económica que sería imposible de superar. En mi opinión no debemos caer en esa psicosis, el tamaño de nuestra economía es mayor al ego ó la incapacidad de un individuo, los intereses que hay en suelo mexicano son más y con mayor influencia que los que existen en países como Venezuela ó Cuba, los dueños de esos intereses no permitirán exabruptos económicos.
El futuro de una nación no está en manos un solo hombre, el porvenir individual lo tenemos en la propia actitud y la realidad común del mañana esta en las bases económicas que tantos sacrificios han costado. Así que, nos guste ó no nos guste, el modelo económico concebido por el innombrable desde hace casi dos décadas sigue vigente, es la balanza que ha permitido estabilidad a pesar de asesinatos políticos, cambio de partidos en el poder y escándalos de todo tipo; esas políticas son lo que sostiene al país, por nada van a desaparecer.
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