Más Bancos: Más Oportunidades

Publicado el 06 de Enero de 2007

“¿En abonos? Te compro hasta la catedral de San Pedro”. Es una expresión muy escuchada en los círculos empresariales cuando se habla de las condiciones de pago que las casas comerciales ofrecen a su clientela. La frase es la exageración de la forma en que los sistemas de crédito al consumo ponen al alcance de la población en general cualquier tipo de bien que difícilmente podría ser adquirida en un solo pago.
Desde la segunda parte del sexenio de Miguel de la Madrid, empezaron a gestarse en nuestro país condiciones económicas que poco a poco aumentaron la confianza de las instituciones crediticias para otorgar más y mejores planes de financiamiento dirigidas a la economía doméstica. Hoy en día, somos testigos de como la gran mayoría de los mexicanos económicamente activos tienen acceso de una u otra manera a obtener sus bienes muebles con los mismos esquemas crediticios que se manejan en los países de primer mundo.

Debido a lo anterior, las autoridades hacendarias autorizaron en los últimos meses del año que recién terminamos la creación de cinco nuevas instituciones bancarias, que sumadas a las otras ocho que anteriormente fueron aprobadas durante el último año de administración foxista, suman en total trece nuevas opciones. Esto en teoría vendrá a darle más dinamismo al sistema bancario mexicano, lo que a primera vista beneficiara a los consumidores ya que a mayor competencia, mejores condiciones para el comprador. Pero lo que pocos han percibido y menos aún han señalado, son las posibilidades que las nuevas licencias generaran indirectamente en miles de pequeñas empresas de giros comerciales principalmente. Me explico:

Gran parte de los bancos creados en el pasado sexenio, pertenecen a grupos empresariales que manejan grandes cadenas de comercios al detalle, es decir, que tienen el contacto directo con el consumidor final. Antes de tener sus bancos, las empresas comerciales de estas corporaciones sustentaban gran parte de sus ventas a crédito con los programas que la banca tradicional ofrecía, quedándose así ellos con la utilidad comercial de cada operación pero cediendo la utilidad financiera a los bancos. Ahora, cuando estos grupos tengan la posibilidad de operar la mayor parte de lo que hace la banca, bajarán sus servicios financieros a sus propias tiendas como una opción más que el comercio ofrece, no como un solo producto de una sola organización. Con esto quiero decir que estas compañías empezarán a ganar una utilidad que el consumidor ya pagaba antes pero que ellos no recibían, estarán sacando a los bancos de sus negocios y así tendrán para ellos solos tanto la utilidad comercial como la financiera.

Esto beneficiará a los pequeños comercios cuando la banca tradicional vea la necesidad de voltear sus ojos a nuevos motores para sus esquemas de crédito al consumo. Cuando se den cuenta que las grandes cadenas comerciales han dejado de darles grandes volúmenes de operación, tendrán que redefinir sus condiciones para darle a sus posibles nuevos intermediarios armas que les permitan competir con los grandes consorcios, seguros de que estos últimos no podrán mejorar sustancialmente el contexto de su oferta actual, ya que los márgenes de utilidad no podrán ser reducidos por la salud de los propios negocios, entendiéndose que la intención de manejar sus propios bancos es con la finalidad de participar en las ganancias financieras, no de reducir sus márgenes comerciales. 8444104775@prodigy.net.mx

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