Ya merito no. Mérito sí

Publicado el 29 de Agosto de 2009 en El Diario de Coahuila y El Heraldo de Saltillo

El mejor equipo es el campeón, no el que más trofeos tenga en sus vitrinas ni el que más tradición pueda presumir. Así, tenemos que el rey del fútbol mexicano es Pumas, Brasil lo es en nuestro continente y la madre patria es quién domina el balompié Europeo, Pittsburgh es el número uno en la NFL, Lakers en la NBA y Filadelfia en el béisbol de las grandes ligas. Notables ausencias de Chivas y Águilas en nuestro fútbol, Argentina en Sudamérica y Alemanes e italianos en Europa; omitidos también Dallas y San Francisco en la NFL y por supuesto los yanquis en el béisbol de la máxima categoría. Por está ocasión, en el béisbol de la liga mexicana de verano no figuran los nombres de Diablos ó Sultanes en la serie final. Esta vez nuestros Saraperos enfrentan la oportunidad de proclamarse campeones absolutos y ser el número uno durante toda una temporada, ocasión para colocarse por encima de alcurnias deportivas, glorias pasadas y dinastías acabadas. El campeón es aquí y ahora, el pasado caducó, el presente es el orgullo y debe ser perspectiva del futuro.

En las últimas cuatro décadas muchas cosas han pasado en nuestra entorno: Un depuesto gobernador, alternancia en el poder ejecutivo municipal, auge industrial, arribo de comercios de nombre mundial, transformación en infraestructura urbana, falta de agua, privatización del agua, equipos profesionales de soccer y americano, campeones nacionales en diversas disciplinas amateurs, ola de violencia, consolidación y caída de empresas locales, ir y venir de medios impresos.

De esos más de treinta y cinco años podemos recordar porqué cierta zona de Saltillo es conocida como “el reloj”, si alguien le llama “la danesa” al lugar donde compra la nieve los domingos, si la avenida La Salle suena más a camiones Dina y autos VAM que a pasteles, si se comió alguna vez en el “Dik Dik”, haber visto películas en el cine Saltillo. Si usted reconoce algo de lo que escribí anteriormente, seguramente revive aquellas gloriosas temporadas de los Saraperos terminadas en dolorosas derrotas en las series de campeonato. Recordará aquella primer serie de los años setenta en la que se esfumo una ventaja de tres juegos ante Jalisco, de dos series más perdidas en los inicios de la franquicia, del asterisco que marca el campeonato sin series finales eclipsado por una huelga, de la serie de 1988 con el magistral pitcheo de Salome Barojas por el México durante el quinto juego, la sequía de los años noventa, y recientemente las dos amargas derrotas en la era Ley.

Hoy en día, “el reloj de la Ford” quizás sea un cuarzo de pulsera que le regalaron, “la danesa” ahora es Nestle, “la Dina” no existe más, en el “Dik Dik” venden ropa de dama, donde estuviera el cine Saltillo hoy venden muebles. Quizás usted ya tiene canas, ayer asistía al estadio Madero con su padre y hoy lo hace con sus hijos ó sus nietos. También puede ser que usted no se encuentre en los casos mencionados, probablemente sea un joven que nada recuerda de lo anterior ó quizás usted sea una persona afortunada de las que el destino trajo a vivir a esta adoptadora ciudad. En cualquier caso, en la zona sureste del estado de Coahuila solo hay una constante desde hace casi cuarenta años: el equipo de Saltillo, Saraperos.

Vamos al estadio y observamos en las bardas de los jardines los números retirados de Miguel Solís, Juan Navarrete, Lupe Chávez, Marcelo Juárez, Gregorio Luque, Carretas Pérez, y nos damos cuenta de que por más que hayamos cambiado en algunas cosas, seguimos siendo la misma ciudad beisbolera que continúa anhelando un campeonato. Dentro de una ciudad que a través de los años ha venido perdiendo algo más que la tranquilidad, el buen clima y la formación de liderazgos independientes del sector público, este fin de semana, Saraperos dejará de ser el equipo del ya merito, para convertirse en el equipo del mérito. Algo bueno que empiece a ser el nuevo perfil del saltillense: Tomar del pasado solo lo positivo, ser orgullosos de nuestro presente para forjarnos un mejor futuro.

cesarelizondovaldez@prodigy.net.mx