Por Cuarta Vez

Publicado el 10 de Mayo de 2014 en Revista 350 Domingo, de Vanguardia


Por cuarta vez.

Escuchó otra vez el llanto, de nuevo se despertó
Por cuarta vez en la noche, que cansancio, que fastidio,
A pesar de su entereza, su espíritu era un quebranto,
Esto era solo el principio, que difícil, cuanto hastío.

El sueño que le contaron, más parecía pesadilla,
Conocía sus deberes, su razón los comprendía,
Aquel pequeño indefenso, solo de ella dependía,
De niña a madre viajó, presurosa, así es la vida.

Más dormida que despierta, se levantó y caminó,
Por cuarta vez en la noche, que cansancio, que fastidio,
Otra vez, cruzar el cuarto; y otra vez, prender  la luz,
Por cuarta vez en la noche, que pesado, cuanto hastío.

Con cada paso que daba, la entereza regresaba,
Aclarando sus ideas, pensamientos, sentimientos,
Nuevamente en la balanza, lo primordial más pesaba,
Se dibujó una sonrisa, ya disfrutaba el momento.

Y así, llegó hasta la cuna. Le dijo cuanto lo amaba,
Con solo escuchar la voz, aquel sollozo amainó,
Lo envolvió en sus brazos mozos, así siempre lo arrullaba,
Y, percibió algo muy lejano, algo que ella conoció.

Unas lágrimas brotaron, que no las quiso guardar,
Era un llanto de alegría, porque a la vida entendía,
Y así, durmiendo a su hijo, se le escuchó musitar:
-Por tu entrega a mi persona, te agradezco, madre mía.-


  César Elizondo Valdez

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