¿Votar ó no Votar?

Publicado el 17 de Octubre de 2008

He escuchado toda clase de opiniones en torno a las elecciones que celebraremos el próximo domingo en Coahuila para conformar la siguiente legislatura local. Lo que he percibido no es muy distinto a lo que seguramente usted piensa: Las opciones son cualquier cosa, menos la respuesta a nuestras necesidades y la representatividad de la ciudadanía.

Las ofertas que los principales partidos presentaron como imagen de sus campañas produjeron más preguntas que respuestas. La constante entre los candidatos con reales posibilidades de ganar su elección es haber sido parte del poder ejecutivo en el pasado desde posiciones tan importantes como alcaldías, secretarías, subsecretarías ó regidurías, aún cuando esta última figura parecería ser más compatible al poder legislativo. La noble vocación de servidor público tiene en el poder ejecutivo su máxima expresión y la mejor oportunidad de trascendencia ya que como su nombre lo indica, es el encargado de hacer realidad las políticas que llevan beneficios tangibles a la población, dejando el perfil abstracto de la administración pública en los restantes dos poderes.

La principal pregunta que surgió durante las campañas que recién terminaron para dar paso a la elección del domingo tiene su origen en la misma ascendencia ejecutiva de los candidatos: ¿Se busca ser legislador porque con la experiencia como ejecutante se alcanza el conocimiento para mejorar desde el congreso las políticas públicas?

La respuesta es importantísima porque resulta paradójico que candidatos de oposición ofrezcan para el ámbito estatal mejorar algo que no pudieron hacer en la esfera municipal desde el área más parecida a la legislación; y por el lado de los candidatos del partido gobernante, también parece incongruente pretender algo desde el congreso cuando siempre han aprobado sin reservas el accionar del ejecutivo siendo parte medular del mismo ó han sido legisladores en el pasado sin haber presentado iniciativas que realmente hicieran la diferencia en el bienestar común.

Desde esa óptica, muchas personas que ven en la política un rubro externo a su cotidianeidad pero que definitivamente comprenden como esta afecta su entorno, no encuentran la manera de hacer valer su derecho civil de expresión ya que las demás fórmulas que compiten este fin de semana tampoco cubren los deseos que como individuos tienen por razones de formación ideológica ó simple análisis de lo que es un partido minoritario, haciendo casi imposible distinguir la línea entre representatividad popular y negocio personal.

Desgraciadamente, las personas que no encuadran en las militancias partidistas, las cuales conforman la mayoría del padrón electoral, parecen estar decididas a no participar más en el juego de legitimar con su voto un sistema en el que el saldo final ofrece un solo y crudo veredicto: La administración pública no es manejada por partidos políticos ó por ideologías, esta es esgrimida por personas que se rigen más por la naturaleza individual humana con todas sus virtudes y defectos que por doctrinas sociales, económicas, políticas ó judiciales.

Pero lo que no esta viendo este grupo de personas que no quiere salir a votar, es que además de poder obtener el consentimiento expresamente para algo, la única otra manera de lograr aprobación es por la anuencia silenciosa que se explica en el dicho popular de que el calla, otorga. De manera que si usted es de los piensa que no habrá en la boleta de elección alguien que represente dignamente a su distrito, ó si piensa que el sistema de representación plurinominal es salvavidas de comparsas de un sistema viciado, no otorgue complicidad con el silencio de un voto no emitido, mejor acuda a la urna y anule su voto, que si será contabilizado como intención. Esta vez no, quizás tampoco mañana, pero algún día en el futuro los políticos empezarán a tomar a cuenta a la gente común si en cada elección los votos anulados deliberadamente envían el mensaje correcto.

8444104775@prodigy.net.mx

No hay comentarios.: